Blog de AMIR Salud
13 de julio de 2017
Opositar en verano no es fácil. Hay que tener las cosas muy claras, tanto en los objetivos como en la forma de lograrlos. Y una voluntad de acero para resistirse tanto a los planes de familia y amigos como a la propia apetencia. Es complicado no dejarse tentar por el sol que se cuela por la ventana, las ganas de salir de noche, las verbenas cercanas… Pero la meta bien vale el camino. Así que te contamos las claves para opositar en verano permaneciendo cuerdo. No son secretos de estado, pero funcionan. Debes seguir algunas recomendación acerca de cómo preparar una oposición teniendo en cuenta el cuidado de tu salud.
El rato que dediques a organizar el horario de la semana o, mejor aún, del mes, será un tiempo bien empleado. La organización es la base del éxito, siempre y cuando luego cumplas con ella, claro está. Asignar un tiempo a cada asignatura, tema o cuestión, te permitirá afrontar cada día con las cosas claras y te evitará remolonear picando de aquí y de allí sin hacer nada de provecho en realidad.
También te ayudará a no caer en la tentación de apuntarte a planes de improviso con la excusa del “mañana haré esto y lo otro”. Un solo vistazo a tu horario te dejará claro que mañana ya tienes trabajo asignado y no tendrás tiempo material para ocuparte de lo que dejes pendiente hoy. No obstante, siempre tendrás la oportunidad de inscribirte a cursos de preparación de oposiciones, donde se te planteará una metodología de trabajo y estudio estructurada y con un seguimiento idóneo.
Pero no es necesario que todo tu horario esté ocupado únicamente por el tiempo de estudio, el dedicado a las comidas del día y el necesario para dormir. De hecho, es bueno asignar un tiempo marcado al ocio. Piensa las cosas bien y decide cuánto tiempo puedes dedicar al ocio a la semana. ¿Un día entero? ¿Una mañana y/o una tarde? ¿O te resulta más llevadero dedicar un tiempo menor cada día a actividades sociales, de ocio y relax, sean 30 minutos o sea hora y media? La práctica de deporte e incluso el ejercitar algunas partes concretas del cuerpo serán beneficiosas para sentirte mejor contigo mismo.
El calor no es muy buen amigo de la concentración, ni de la voluntad. Si puedes disponer en casa de una temperatura adecuada, estupendo. Pero si no, empieza a pensar en dónde podrías estudiar de modo que no mueras en el intento. La mayor parte de bibliotecas públicas hoy en día cuentan con aire acondicionado y son perfectas para opositar en verano. Pero algunas cierran unos días por vacaciones estivales y aunque en ocasiones el tiempo de ir y volver de casa a la biblioteca y viceversa es bueno para despejar la mente y poner en movimiento el cuerpo, en otras es demasiado tiempo perdido para considerarlo una buena opción.
Es importante que respeten tu tiempo y tu labor, y no se conviertan en diablillos tentadores contra los que luchar. Si en casa la familia te está incordiando continuamente con cuestiones que hacer o dando conversación, valora la posibilidad de estudiar en otro lugar.
No es que queramos ponernos trascendentales, pero la vida está hecha de pequeños placeres. Si renuncias a todos, acabarás frustrado y preguntándote si la vida merece la pena. Si no puedes disfrutar de tus actividades preferidas este verano, o no durante buena parte de este, al menos trata de disfrutar de las pequeñas cosas que cada día pueden hacerte la vida más fácil y feliz.
Opositar en verano es una actividad a tiempo casi, completo, pero que no siempre resulta sencilla. Pero con los objetivos claros, el método para lograrlos será más llevadero.
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